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Todo el mundo llora

17/01/2023

No es un espectáculo, tampoco un recital poético. Es el luto que un niño comparte con su madre. Y es una madre que está, aunque no se vea, porque queda lo que no se llevó al irse, que es la voz. Que son versos.

Un hombre es un niño es un hombre. Y todo esto -madre, muerte, niño, hombre, voz, la suma de todo lo que hemos sido, todas las renuncias, todas las decisiones, lo que no vimos, lo que entendimos, lo que creímos y lo que descartamos- es esto, ese duelo, ese diálogo a una voz: le espera que las madres tejen en las aceras de nuestro cuerpo para que la vida se alargue y no nos llegue la orfandad.

No es un espectáculo, es la vida que nace sobre un escenario cuando las madres faltan y lo que nos encapsula es un útero gigante herido de estrellas, y suena la única música que todos/as entendemos: la de esos versos únicos que se repiten desde la primera luz del universo y que dicen así:

Un hombre es hijo o huérfano es.

Nunca madre.

Madre no es.